Introducción
El período helenístico se extiende desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) hasta la conquista romana de Egipto (30 a.C.). Esto influyó en la forma de pensar de los griegos. Los ciudadanos empezaron a considerarse cosmopolitas, no solo politas.
Los filósofos de esta época se desentienden de la política y de sus deberes ciudadanos y empiezan a buscar soluciones individuales para conseguir la felicidad al margen de la colectividad. Por esto, a las escuelas helenísticas se les llama también escuelas de felicidad, porque buscan conseguir la felicidad y compartirla con todos los que se acerquen a sus escuelas.
Las principales escuelas helenísticas fueron el epicureísmo, el estoicismo y los cínicos. Además, en esta época seguían funcionando la academia de Platón y el liceo de Aristóteles.
Estas escuelas tuvieron una importancia fundamental y algunas sobrevivieron varios siglos ya en el mundo romano.
Para Epicuro, el placer puro es el bien supremo y el dolor es el mal supremo. Los placeres son consecuencia de la realización de los apetitos, y los sufrimientos son consecuencia de los impedimentos de los apetitos. Epicuro distingue entre tres clases de apetitos: 1. Los naturales, como alimentarse, que son fáciles de satisfacer. 2. Los naturales pero no necesarios, como la gratificación sexual. 3. Los no naturales ni necesarios, como la fama. También distinguía entre dos tipos de placeres, basados en la división del hombre en cuerpo y alma: 1. Placeres del cuerpo, a los que renuncia. 2. Placeres del alma: son superiores a los del cuerpo. Los placeres corporales son efímeros y temporales, mientras que los del alma son más duraderos. La razón representa un papel decisivo, ya que nos permite alcanzar la ataraxia, y nos da libertad ante las pasiones y apetitos.
El estoicismo se divide en: Estoicismo Antiguo (siglos III-II a. C.) Estoicismo Medio (siglos II-I a. C.) Estoicismo Nuevo o romano (siglos I d.C.-III d.C.)
Afirmaban que el alma es una «tabla rasa» que no cuenta con ningún conocimiento a priori, y que en ella se imprimen las imágenes de las cosas sensibles a través de la comprensión de la sensación. La mente forma la representación a partir de las señales que recibe de la sensación.
Antístenes, le puso este nombre por el lugar donde solía enseñar, que era un gimnasio llamado Cinosarges. Después les apodaron kínicos, porque sus comportamientos se asemejaban al de los perros.
Es una filosofía que pretende alcanzar la felicidad mediante la sabiduría, la liberación del espíritu y el logro de la virtud. Los cínicos se desprenden de sus bienes para no sentir cariño hacia ellos y son ajenos a los placeres para no ser sus esclavos.
Veían a la civilización como algo artificial, antinatural. Consideraban como virtud el vivir con autarquía y autosuficiencia. Valoraban más una vida salvaje que otra sometida a las reglas del rebaño. Sostenían que la felicidad sólo puede lograrse por la independencia y miraban con desprecio a los miembros del rebaño que la buscaban en las riquezas.
Además de Antístenes, otros personajes cínicos célebres fueron: Crates de Tebas: era un ciudadano adinerado que renunció a toda su fortuna para hacerse filósofo cínico. Para conseguir vivir feliz le bastaba lo mínimo, y vivía distanciado de las instituciones y las leyes.
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